Las movilizaciones de la Primavera Árabe, ¿provocaron algún cambio en Oriente Medio y África del Norte?

 

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Todo comenzó en la pequeña ciudad tunecina de Sidi Bouzid, escenario de una reacción de Túnez conocida mundialmente como la Primavera Árabe.
En esta misma ciudad, un vendedor ambulante se prendió fuego tras haberle incautado la policía sus mercancías y ahorros  en una protesta contra la crisis existente entre otros motivos. Esta acción desató una ola de protestas que llevaron a la caída del régimen de Zine El Abidine Ben Ali el 14 de enero de 2011.

Después de las protestas, el presidente Zine El Abidine Ben Ali vivió exiliado en Arabia Saudita. Durante varios meses, los ataques se intensificaron, aunque la transición a la democracia fue exitosa.
A su vez este movimiento se extendió por otros países del entorno cultural e histórico de Túnez.
En Marruecos, muchos manifestantes tomaron las calles pero el rey Mohammed VI los reprimió. En Libia, millones de personas salieron a las calles contra Muammar Gaddafi, el dictador que fue asesinado por su pueblo después de 42 años en el poder. En Siria, el pueblo destruyó a Bashar al-Assad después de 15 años en el poder. Estos movimientos se repitieron en Yemen contra Ali Abdullah Saleh. En Argelia, se iniciaron protestas contra Abdelaziz Bouteflika. Estos movimientos provocaron la destitución del primer ministro Samir Al-Rifai en Jordania. En Egipto, el régimen de Hosni Mubarak colapsó después de décadas en el poder. 

Actualmente, la situación más difícil se vive en Libia, Siria y Yemen. Muchos de los ciudadanos de estos países no se imaginaban lo que le iba a pasar en un futuro cercano. El encarcelamiento de Mubarak no paralizó la llegada de los liberales. Por el contrario, sus sustitutos llegaron de la mano de los Hermanos Musulmanes, que sería posteriormente desalojada.
El caso de Siria es un poco más complejo, ya que en la actualidad se encuentra en una guerra civil. Esta se encuentra en manos de distintos grupos armados, los cuales algunos de ellos tienen vínculos con grupos yihadistas. Esto permitió la ampliación de las fronteras y zonas de influencia de estos grupos pasando de Irak a Siria y ocupando una parte estratégica del territorio.
Según un informe del Fondo Monetario Internacional, la "Primavera Árabe" desaceleró la actividad económica en Túnez, Egipto, Libia y Yemen, al tiempo que revitalizó el crecimiento de la economía de los estados productores de petróleo del Golfo que no participaron en los levantamientos populares.

En Túnez, donde se comenzaron estas movilizaciones populares, el PIB permaneció estable durante 2011, tras haber crecido en el año anterior un 3,1%, según los datos que proporciona el FMI en sus perspectivas económicas trimestrales.
En Egipto, país árabe más poblado, culminó la movilización con la dimisión de Mubarak como presidente, el Producto Interior Bruto aumentó tanto en 2010 con 2011  aunque con una disminución considerable de este de un 5,1% a un 1,2%.
La Primavera Árabe comenzó en Túnez y es el único país que ha logrado la transición hacia la democracia, aunque fue el germen varios años más tarde de la llamada Segunda primavera árabe. Sin embargo, su economía sufre un estancamiento, entre otras cosas, debido a un descenso del turismo tras diversos atentados a turistas.

 

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